Entrenamos Old School, pensamos Old School.

 Cuando lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace concuerdan…

estamos andando por el verdadero camino Old School.

Bajo esta premisa, en nuestro box manejamos el siguiente vocabulario

Actitud
: es lo que nos permite sobrevivir. Luchar contra lo que nos hace débiles. La pereza, los
vicios, los miedos, el “no puedo”, “es difícil”, “soy mayor”, “soy mujer”, nuestros errores…
La actitud es el cómo nos enfrentamos a ellos, hasta dónde nos vamos a dejar arrastrar. Es poner los pies firmes en el suelo y decir: “Aquí os espero, todos los días, en cualquier lugar”
Si no tienes esto, no es tu sitio. Afróntalo y vete.

Tiempo: hacer las cosas con su debida progresión, buscando la armonía de todo el cuerpo y
evitando las lesiones. Es algo que pasa inexorablemente, no se puede adelantar, no se puede atrasar, lo único que cabe es aprovecharlo.

Disciplina: es la diferencia entre vivir o morir. Lo que nos va a ayudar a levantarnos por la
mañana y hacer las cosas que hay que hacer. La pauta férrea que nos guiará en el camino una vez que hayamos elegido nuestro norte.

Respeto: es la proyección de nosotros mismos en los demás. Cuando entramos en un sitio y  saludamos, cuando al hablar los hacemos de forma sincera, cuando miramos a los ojos a las personas, cuando cuidamos el lugar que nos rodea, estamos transmitiendo y generando respeto.
La riqueza de nuestro box se mide por el respeto que se genera.

Honestidad: es la exigencia máxima en lo que hacemos. Nos convierte en yunques. Cuando no
hay ninguna fisura en nuestro interior, cuando no nos hemos perdonado ninguna repetición, cuando hemos mirado el entrenamiento en la pizarra y lo hemos hecho nuestro en forma y espíritu, cuando sabemos que el tiempo apuntado es el resultado de la máxima expresión de nuestro cuerpo…eso es ser honesto. Una vez adquirida esta habilidad, ves a la gente de otra manera.

Compromiso: es cuando nuestras acciones reflejan lo hemos dicho con palabras. Creemos
firmemente que la palabra de un hombre es como una bala, cuando sale de la boca, no hay vuelta atrás.

Competición: es la chispilla que nos hace falta para entender que estamos vivos. Es ese motor
que nos hace avanzar un poco más deprisa, un poco más rápido, hacer una repetición más, un poco más estricta, coger hoy un kilo más.
Nuestro primer rival, el “yo” del ayer. Fue el primero que nos marcó el listón a batir. Una de las
frases que tienen nuestros atletas en mente es: “Hoy, mejor que ayer”, en eso se resume todo…ese es faro que alumbra el camino. Para todo. Trabajo, amigos, familia, novio, novia…
Nuestros compañeros del box solo hacen que ese día sea distinto. Es una competición sin
ganadores, sabiendo que lo hemos dado todo en cada EDD, que más da quién acabara primero, quién levantara más, es un amigo que ha sufrido, ha jurado, se ha reído, ha disfrutado, ha sudado conmigo y cuyo nombre aparece al lado del mío en la pizarra.

Atleta: es la máxima expresión de la salud del ser humano. Cuando

Ser feliz: no es tener lo que quieres sino querer lo que tienes. Disfrutar del momento, con todas tus fuerzas, mirándolo de frente…

SOLO TIENES UN ÚNICO MOMENTO ASEGURADO Y ES ESTE.